miércoles, 27 de febrero de 2008

El maestro Sufi



El maestro Sufi contaba siermpe una parábola al finalizar cada clase, pero los alumnos no siempre entendían si sentido...


  • Maestro -lo encaró uno de ellos una tarde-. Tú nos cuentas los cuentos pero no nos explicas su significado...

  • Pido perdón por eso -se disculpó el maestro-. Permíteme que en señal de reparaciónte convide con un rico durazno.
  • Gracias maestro -respondió halagado el discípulo-.

  • Quisiera, para agasajarte, pelarte tu durazno yo mismo. ¿Me permites?

  • Sí. Muchas gracias -dijo el alumno-.
  • Te gustaría que, ya que tengo en mi mano el cuchillo, te lo corte en trozos para que te sea más cómodo...?
  • Me encantaría, ... pero no quisiera abusar de tu hospitalidad, maestro...
  • No es abuso si yo te lo ofrezco. Sólo deseo complacerte... Permíteme tambien que te lo mastique antes de dártelo...
  • No maestro. ¡No me gustaría que hiceras eso! - se quejó sorprendio el discípulo-.

El maestro hizo una pausa y dijo:

  • Si yo les explicara el sentido de cada cuento... sería como darles a comer fruta masticada.




Fuente: De la sabidruía sufi en Bucal Jorge, Cuentos para pensar, México, Océano, 2002

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bonito y muy cierto aunque yo no le llamaría parabola a un cuento.