miércoles, 6 de febrero de 2008

El efecto de los malos deseos


Cuenta un relato de lo que sucedio a paco, un niño e 8 años.


Un dia, despues de clase, entro enojado en su casa.

Su padre, al verlo entrar, lo llamo para charlar, antes de que su padre ablara algo, Paco le dijo irritado:


-papa, estoy con muchisima rabia y enojado con Joaquin. Su padre ,un hombre sencillo pero sabio, escuchaba a su hijo mientras seguia con su reclamo.


-Joaquin me humillo delante de mis amigos..!! Me gustaria que le pasara algo malo!!


El padre escucho callado mientras buscaba una bolsa de carbon. Llevo la bolsa hasta el patio y le dijo a paco:


-Hijo quiero hacerte una propuesta. Imaginemos que aquella camisa blanca que esta colgada es tu amigo Joaquin y que cada trozo de carbon es un pensamiento malo que tu le envias, quiero que tires este carbon en la camisa, dentro de un rato vuelvo para ver como quedo.


Al niño le parecio un juego divertido, la camisa estaba colgada lejos, y pocos trozos de carbon de los que tiraba paco daban en el blanco.


Al fin, el padre le pregunto.

-Hijo como estas ahora?


Paco le contesto:

-estoy cansado pero feliz, por que acerte muchos trozos de carbon en la camisa.


El padre miro a su hijo, que no entendia la razon de aquel juego, y le dijo.

-ven quiero que veas una cosa.


El hijo fue hasta el cuarto y se miro en un espejo, se dio un susto, no se reconocia, solo conseguia ver sus dientes y sus ojos. Estaba todo enegrecido y sucio.


Su padre entonces le dijo:

-viste que la camisa casi no se ensucio....,pero fijate en ti mismo.


Las cosas malas que deceamos a otras personas son como los trozos de carbon. Aunque consigamos molestar a alguien, nosotros quedamos mas manchados que ellos.


Cada cosa mala que hacemos, una groseria, una mentira, un insulto, una venganza, aunque nos haga sentir mejor, mancha nuestra alma y no nos hace mejores.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola.
Muy cierto, eso es algo que deberíamos comprender todos...